Leo llega de madrugada y borracho al piso de Max. Ambos son amigos de la infancia, de su época de boyscouts…
Leo pasa la noche en casa de su amigo, y es a la mañana siguiente cuando, avergonzado y desesperado, le pide un favor: que sea su terapeuta durante una semana, justo el tiempo que le ha dado su pareja para encontrar una respuesta a su presunta crisis. Pero Leo no sabe que Max está atravesando también una crisis existencial enorme: hace relativamente poco se separó de su mujer y tuvo que ir a terapia para superarlo. No funcionó, y ahora está en una fase de búsqueda del equilibrio espiritual mediante ejercicios de meditación y silencio. La llegada de Leo trastoca sus planes y provoca enfrentamientos entre los dos. Y además hay un tercero en discordia: Joni, hermano de Max y amigo también de Leo, que es presentador de un programa televisivo, un talk show de mucho éxito, y que padece un enorme problema de concentración y egoísmo.
Ninguno quiere darse cuenta de sus verdaderos problemas, ninguno sabe cómo ayudarse entre sí, ninguno quiero afrontar sus miserias. Por eso los tres, desde la convivencia forzada y torpe, llegarán a situaciones inverosímiles y cómicas con el fin de sacar adelante sus caóticas vidas. No es la crisis de los treinta o de los cuarenta lo que provoca el estrés en un hombre, son sus propias circunstancias y su entorno diario, que hacen que no vea lo que para muchos está claro: no quiere